lunes, 18 de junio de 2012

A nadie le amarga un dulce

Ya sabíamos que íbamos a colaborar con los Leoncitos de Moreno cuando Victoria conoció a una vecina de Bella Vista que cocina todos los fines de semana para quienes duermen en las estaciones del ferrocarril San Martín o la plaza. ¿Pero los destinos solidarios no iban a ser uno por evento? ¡No tenemos idea! Aprendemos sobre la marcha de gente como Susana. 

Por Victoria De Tonmasso
Di con su teléfono una de esas tardes cálidas que se prestan para salir a caminar al corredor de Bella Vista. Me paré a comprar en un kiosquito y lo vi. A disposición de todos, en un cartelito que invitaba a colaborar, estaba el celular de Susana. Llegué a casa y la llamé. Percibí la voz de una persona mayor con energía adolescente, y confirmé esa impresión el día que la conocí personalmente. Tras varias tazas de café y un recorrido por su casa, en cuyo suelo reposaban varias bolsas de ropa, la mujer detrás de la sonrisa se hizo relato.
Susana recorre las estaciones del ferrocarril con comida
para quienes duermen allí. (Lucila Munilla Lacasa).
Para Susana, la solidaridad es un modo de vida, una necesidad básica. Empezó con un comedor que levantó con sus propias manos y esfuerzo. Estuvo en pie durante ocho años, tiempo en el que se le plantó a la crisis y acogió en un lugar que consiguió prestado a decenas de chicos que necesitaban un plato de comida y un par de zapatos que sus padres no les podían brindar. Desde entonces, además, colabora atendiendo teléfonos en Cáritas y Red Solidaria, moviéndose de acá para allá y consiguiendo lo que le piden.
Hace poco más de dos años, insatisfecha con la ayuda que brinda a las ONG, además de la iglesia de su barrio, Susana se vio motivada por las juntadas porteñas en las que los jóvenes y adultos preparan ollas de guiso y brindan abrigo y techo a quienes duermen en la calle, en el banco de las plazas o  las escalinatas de los templos. Como en la Ciudad todas las zonas estaban cubiertas, una amiga le aconsejó implementar el mismo proyecto en su barrio.
Esa misma noche, Susana se fue caminando a la estación San Miguel del ferrocarril San Martín y se encontró con varias personas que dormían en el puente que cruza las vías, en los bancos y también en la plaza. No tardó en llamar a una amiga para contarle lo que había visto, preparó sanguches, jugo, sopas, lo que tenía en el momento, y juntas fueron a repartir todo a quienes, desacostumbrados a tal gesto desinteresado, se mostraron desconfiados.
Pasó el tiempo y las caras se hicieron conocidas. La incredulidad se esfumó y Susana, junto a su marido y dos personas más que se van turnando para llevarla en auto, sale religiosamente, llueva o truene, los sábados y domingos de 20.30 a 21.30 a encontrarse con los “amigos de la calle”. Algunos de ellos son Luiggi, un cartonero que necesita ropa muy grande; Antonio y Tito, cuidachoches de los alrededores de la plaza de San Miguel; Lidia que está sola y un poco perdida; Artemia que duerme en la estación; Alejandra que vende medias y a veces necesita comida para sus dos hijos menores, a los cuales no puede llevar a la escuela porque está todo el día trabajando en la calle; Marcelo, Ariel, María... y hay más.
Una tarde apareció Rosa, la madre de una familia numerosa que vivía en una casa con múltiples necesidades. La principal era un baño. Motivada por su vieja costumbre de lograr todo lo que se propone, Susana obtuvo un juego de baño en perfecto estado, donado por un amigo que recientemente había refaccionado su casa. Además, le consiguió trabajo a Rosa limpiando casas y a su marido manejando un auto como remisero. Es una pequeña muestra de su modus operandi: obtener todo lo que se propone.
Susana necesita, para sus amigos de la calle y muchas otras personas que recurren a ella, abrigo, zapatillas, frazadas, sopas crema, fideos para guiso, leche en polvo y gente dispuesta a poner un vehículo para trasladarla, porque la idea es ampliar sus salidas a los días de semana.
Es por eso que, además de colaborar con los Leoncitos deMoreno, los integrantes de Tu Tiempo es Hoy queremos ayudarla a ella. No es difícil: el domingo 24 de junio te llegás a Pelthom Bar (Gelly Obes y Arias) a partir de las 18, acercás alguna de estas cosas, ropa para chicos, juguetes o alimentos no perecederos y, de paso cañazo, disfrutás de las canciones de Trazo Fino, Mantente Alerta, Donde Manda Marinero y Principiantes. ¿Más claro? Echale agua.

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