miércoles, 22 de agosto de 2012

Gente que sí


Me cansé, viejo. No, no me cansé, me aburrí. Me exasperó la gente que insiste en eso de que no hay gente como la gente. De que no se puede ya confiar en nadie. Todo el tiempo, por pisado, fue mejor. Ya no existe la palabra. Blablablá blablá, blablá.
No podría precisar hace cuánto vengo topándome con los eslabones de una cadena de oro, no porque sea el metal para invertir en épocas en las que el valor del dólar amenaza aparentemente con desatar una guerra civil y extinguir a nuestro país, sino por su brillo, por su semejanza al sol.
Al último lo crucé hoy. Humberto, guitarrista y cantor de zambas y chacareras, uno de los pocos del género que lograron conmoverme y me llevaron a conocerlo. Cada vez que pasa por mi vagón del ferrocarril San Martín, una mirada cómplice antecede a la pieza de Horacio Guaraní. Humberto sabe que es mi folclorista preferido.