domingo, 19 de febrero de 2012

¿Cómo puedo hacer para saciar mi inquietud sin dejar de tomar cervezas los domingos con mis amigos?

“No hay un solo domingo que no me arrepienta del tiempo que gasto cerveceando con las chicas”, me dijo, y el timón de la charla giró todo a babor. Me sentía estancado desde hacía un rato largo. La necesidad de contribuir con un cuarto de grano de arena para cambiar el mundo me picaba en la cabeza y el pecho cada vez más intensamente.
No sé si podría llamarse cuenta pendiente. Ni deuda social, ni hobby cool. La palabra necesidad es tan amplia, y sin embargo… tenía ganas de empezar a hacer y dejar de decir, básicamente. Cortar con el vacío, el hueco silencioso que me queda después de protestar porque los hospitales no pueden atender como la gente a (precisamente) la gente, lamentarme por los duendes descalzos que piden en el tren una moneda para llegar al sol, decepcionarme con el compromiso doble faz de los políticos.
La conversación con mi amiga, quien había conocido a uno de esos seres que lo llenan a uno de inspiración y ganas de hacer cosas grandiosas, funcionó como esas combinaciones de drogas energizantes y depresivas a la vez que terminan cada tanto alguna vida célebre. Me acosté tarde, triste, ensimismado, enojado y con un millón de ideas burbujeantes a punto de hervir, todas obsoletas. Dormirme me llevó unas dos horas y 32 vueltas sobre mi propio eje en la cama.
¡La mañana cambió tanto el curso del río! La pregunta llevaba a la respuesta: ¿Cómo puedo hacer para saciar mi inquietud sin dejar de tomar cervezas los domingos con mis amigos? Primero, pensé en ellos. Después, en el bar que fue mi segundo hogar en los últimos tres años y pico. Hablé con los chicos, y pensaron en tantos otros bares y en unas cuantas causas en las que la ausencia de un hogar, una familia, una frazada para el invierno, hacían de la vida de las personas una tortura.
Así surgió Tu Tiempo es Hoy, un proyecto con las puertas, ventanas y (sobre todo) los brazos abiertos para que se sume todo aquel que tenga la motivación de colaborar con aquellos que están desplazados.