lunes, 26 de marzo de 2012

Ayer, hoy, mañana

Un mar de ropa. Literalmente. Hago esnórquel entre las bolsas aún cerradas, los sacos, pilotos, remeras y bufandas de lo más variopintas para pasar del pasillo de nuestra sala de ensayo devenida en depósito al jardín. Así, levantando los pies, clasificamos las prendas útiles para los pacientes de los hospitales Mercante y Larcade.
Las felicitaciones, saludos y agradecimientos no superan la gratificación de confirmar que teníamos razón, que son muchos los que tienen ganas de hacer algo para cambiar el mundo, para mejorarlo, pero no saben por dónde empezar. Que sumando un ladrillito todos podemos hacer una pared
alta como la de Roger Waters, que en este caso, sirva para contener y abrigar a tantos que están a la deriva, o con todos los ladrillos sobre sus cabezas.

Vuelvo a citar a Eduardo Galeano: La caridad es humillante porque se ejerce verticalmente y desde arriba; la solidaridad es horizontal e implica respeto mutuo. En los ojos de aquellos que se acercaron al bar con una, dos o diez bolsas de ropa, en el compromiso de los que fueron a un supermercado a comprar elementos de higiene personal, en la buena onda y disponibilidad del sonidazo de Pelthom Bar, en la colaboración desinteresada y la magia hecha reggae de Kalimba, encontramos solidaridad.
Resultó que eso de hacer un show artístico a beneficio por mes sí era pasar un momento fenomenal con amigos, tomar una birra, disfrutar de la música. Pero también resultó que no significaba trabajar un día al mes: hubo mucho para hacer desde que nos empezamos a juntar con la misma inquietud, y la emoción más grande fue compartir con mis amigos esos minutos, horas, días. 
Verlos pintar banderas, conseguir autos para trasladar cosas, montar un escenario para una banda que tiene la misma cantidad de integrantes que un equipo de fútbol, vender rifas, hacer remeras, decorar cajas, pinchar hasta el hartazgo a través de las redes sociales, dejar el bar y la preciada cerveza para dividir la ropa, y tener el pecho inflado por todos ellos es invaluable. Como lo será entregar a los voluntariados de los hospitales y los pacientes las prendas, empezar a organizar el próximo evento.

Largamos con 90 dedos y varias neuronas dispuestas a aprender a ayudar. Se sumaron manos, brazos, dedos, cabezas, pero no queremos detener la rueda. A fines de abril nos animamos a alejarnos de casa para llevar Tu Tiempo es Hoy a Hurlingham, y esperamos ansiosos sugerencias, críticas, nuevos dedos hacendosos.
Eso sí: aprendimos que el tiempo para dejar de soñar con los ojos abiertos y empezar a cumplir objetivos también fue ayer, y va a ser mañana.

2 comentarios:

  1. Muy buena la iniciativa chicos!!!
    Personas como ustedes demuestran que se pueden hacer pequeñas grandes cosas!
    Y así, a través del arte, a través de las ganas, del esfuerzo (que es super redituable y no hablo precisamente del vil metal..) todo se puede!

    Me genera mucha alegría y ganas de seguir adelante sabiendo que cada vez somos más los que laburamos por una sociedad mejor y como dice el excelentísimo Eduardo Galeano no generando una "caridad humillante" como puede hacerlo un Tinelli o cualquier empresario que regala sus sobras..sino generando solidaridad, conciencia social, fomentando lo verdaderamente importante!

    No quiero extenderme más, solo felicitarlos y espero puedan sentir esa satisfacción al entregar lo que han logrado recaudar para toda esta gente que tanta compañia y colaboración neesita!

    Los esperamos en Hurlingham como no puede ser de otra manera...y que sigan siendo, en Hurlingham, en José C Paz, en San Mi, en donde sea! Lo importante es que todo sea con convicción, alegría y ganas de ir por más!

    Saludos

    Cecilia

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  2. Gracias, Cecilia! Es el flamante primer comentario de nuestro blog, el tuyo, así que sentite orgulluda. Un abrazo y estaremos laburando juntos!

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