lunes, 26 de agosto de 2013

Los padrinos mágicos

Desde hace varios años, la ONG Grandes Esperanzas consigue padrinos que hacen regalos personalizados para el Día del Niño a cada uno de los chicos que asisten al comedor de Merlo "Matías, los Chicos Primero". Aprovechando el festival de la Estación de Sueños, nos sumamos a la movida y la abrimos al público facebookero. Fueron 124 las personas que se coparon para armar un paquete con juguetes, ropa, útiles y cartitas a nenes de esa institución y de la fundación Aprendiendo a Aprender, de San Miguel. A continuación, tres historias que confirman que todos los fines de semana del año deberían ser aprovechados a tiempo.

Por Ariel Caravaggio

El futuro alcalde

Fotos: Majo Rodriguez Villarroel
No fue el único, Kevin Barrios. Pero fue el primero que reclamó públicamente, con una telaraña azul pintada en la cara y un brillo de picardía que se repitió en cada una de las miradas sub 14 de un fin de semana para no olvidar.
-Yo quiero conocer a mi padrino –dijo el petiso de 8 años, y el destino quiso que todos los círculos cerraran.
El padrino de Kevin era Nicolás, un compañero de trabajo, una buena persona, un pibe entusiasta y noble que encontró una forma de matar la muerte, de mantener al mundo girando y encender el sol: arrancarle una sonrisa a un pibe del barrio Constantini, de San Miguel, que va a apoyo escolar con la admirable Guadalupe Capustrini.
Nicolás le había puesto particular dedicación a la responsabilidad que había asumido. Empezó dejando un comentario en una foto de Facebook, esa herramienta moderna que muchos menosprecian, la que otros tantos usan para protestar porque el Gobierno esto, porque Lanata aquello, que pum, que pam, questo, quelotro. “Feliz día, Kevin”, comentó Nicolás. Y no quiso armar un regalo sin saber quién era su ahijado virtual.
Llamó a Guadalupe y averiguó que a Kevin le encantan los bomberos. Por eso, el entusiasmo del pequeño asesino de inflables creció cuando abrió su paquete. Una estación de bomberos era sólo una parte de su regalo del Día del Niño. Pero no terminó ahí. Porque le preguntamos a Kevin si tenía ganas de hablar con su padrino, y pudieron charlar por teléfono.
Con humedad en los ojos lo vi asentir, escuchar atentamente lo que le decía esa voz anónima que era alguien caído del cielo, un tal Nicolás que se preocupó por él.
-Cuando sea grande voy a ser alcalde –le contó a su padrino.

De carne, hueso y letras

Yasmín invitó a sus amigas a sumarse a la movida de padrinazgos que arrancó Grandes Esperanzas hace unos años en el comedor “Matías, los Chicos Primero”, de Merlo. Una forma de ayudar a alguien que tiene nombre, apellido y edad, que vive en el barrio Santa Isabel y es de carne y hueso. Como otras, Paula no lo dudó.
En el grupo de Facebook que usamos para comunicar internamente las novedades de Tu Tiempo es Hoy, estábamos ultimando detalles de la primera fiesta que vamos a hacer para juntar fondos que invertimos en fletes, traslados, sonido, decoración (en realidad, para brindar y bailar disfrazados de Mickey), cuando Yasmín escribió:
Mañana novedades... hoy les quiero contar algo lindo. Recién me habló Paula, una de las chicas que apadrinó a una nena, y me contó que le mandó un mensaje de texto agradeciéndole y diciendo que la quiere mucho. Paula está súper emocionada. En la carta que le escribió a su ahijada le puso una foto de ella de chiquita y otra de grande, para que la conociera. También su celular por si quería o podía contactarse con ella. 
Cosas como esta me recuerdan lo increíble que es poder hacer estos maravillosos TIEMPOS! Por eso quiero decir GRACIAS! A todos por la buena onda y las ganas. 
PD: sensibilidad de domingo a la noche.

Creer o reventar globos

No por nada cuando arrancó Tu Tiempo es Hoy decidimos buscar una alternativa para los domingos. Nos cansamos de repetirlo: juntarse con amigos a tomar una cerveza, ver una buena banda y, de paso, ayudar. Juntar donaciones para distintas entidades que lo necesitaran. Una vez más nos equivocamos. Un domingo podía ser, como hicieron Juan y los suyos, ir a las 8 de la mañana a decorar un descampado para armar la fiesta del Día del Niño. Podía ser debutar con una pala para ayudar a construir un comedor (y, de paso, un sueño). Y capaz hasta habría un sábado en el que tendríamos que calzarnos la cabeza de Mickey y actuar en una obra teatral con fuga incluida en el desenlace.

Majo vive en Los Polvorines. Como a 30 minutos de colectivo de lo de Guadalupe. Sin embargo, a la vuelta de la entrega de regalitos, entrada la nochecita, se cruzó con dos purretes que le gritaron.
-¿Vos estabas en lo de Guada hoy, no?
Eran Lucas y Matías, dos chicos que no van siempre a apoyo escolar pero que se acercan para los festejos de cumpleaños y ocasiones especiales a la Fundación Aprendiendo a Aprender. “Decile a todos que la pasamos re lindo”. “Una chica me dibujó la cara”. “Mickey estaba re loco, ¿lo conocés?”, fueron algunas de las frases que escuchó y le terminaron de alegrar el día.

Estas son apenas algunas diminutas historias del fin de semana. Razones por las que elegimos apagar los televisores, salir de la cama, dejar de protestar por pelotudeces. Empezar a sonreír y sumar gente con las mismas ganas, sin una gota de temor a las lágrimas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario