Nacho y Pablo, los Paul y George de Ayres Beatle Band. |
No
recibí ningún “no” en respuesta. -¿Me comprás una rifa?- preguntaba, y lo más
parecido a una negativa fue un “ya le compré a la otra chica”. Admito que
mentí. A ellos les dije que la rifa se vencía en diez minutos sólo para que nos
compren otra. Pero estoy segura de que sabían que era un engaño porque compraban
nuevamente, sólo por el gesto de colaborar con la causa. Mientras el rockabilly
nos curtía dulcemente, con Milena correteábamos por el bar, abajo-arriba-escalera-baño-barra,
y vendíamos a lo loco. Yo nunca había vendido rifas, ni siquiera en época de colegio;
lo fantástico fue encontrarme con respuestas sonrientes, con ganas de ayudar.
Sam and the Roll Boys. |
Renzo y sus criaturas. |
El
slap en el contrabajo sonaba cada vez más fuerte. Las patitas de los sentados
lo seguían. -La gente quiere bailar, me parece- invitó Sam, el cantante de los
paceños del rockabilly. Y el calor fue penetrando la escena, y un Jerry Lee
Lewis sin teclas que hizo bailar a los de arriba, o everybody’s trying to be my baby, everybody's trying to be my baby, now, que preparaba a los fanáticos de los
fabulosos de Liverpool.
Con
la pulcritud que suele representar una banda tributo a los Beatles, Ayres tomó
el escenario y la humedad de la noche nos trasladó al Cavern de la década de
los 60’ . One – two - three - four! Well, she was just
17, you know what I mean- el
McCartney o Nacho no tacañea con la voz, y Harrison-Lennon-Starr o
Pablo-Juan-Gama siguen nota por nota las canciones del repertorio. El sonido, encantador.
Y la lista -los bailarines ocasionales del primer piso del Amichi no me dejan
mentir-, extendida: difícil haber presenciado un show con más bises. ¿Cuántos
fueron, chicos? Seguro los necesarios para saciar las ganas de seguir
escuchándolos.
El
reporte oficial de Tu Tiempo es Hoy indica que los asistentes que rellenaron
las cajas gigantes con donaciones para los niños del comedor “Los Chicos
Primero”, de Merlo, son maravillosos.
Dijo
un cantante: “Mirá nene, hacelo fácil, dar es dar”. Todavía queda lo
gratificante de aquella palabra. Gracias a los donantes, se podrá alcanzar lo
recaudado al comedor “Los Chicos Primero” el domingo que viene. Ellos recibirán
un nuevo libro de cuentos, un plato de comida, un abrigo y varios lápices de
colores con los que comenzar a pintar un futuro. El domingo en Il Amichi,
recibimos con un poco de cada uno. Ahora es dar.
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