“Ya móntate en el rayo para ir”, dice el tipo que le puso música a
la frase “tu tiempo es hoy”, en otra de sus canciones jóvenes. Dice “móntate”,
esdrújulo, y no “montate”, como se dice. Spinetta cuando escribía y cuando
cantaba hablaba de tú, más allá de algún voseo eventualísimo y hasta, a veces,
ripioso como el “y vos me respóndes”
de “Nena boba” que parece querer demostrar que el vos no puede contra el tú en
la lírica flaca. Quién sabe los motivos. Pudo ser la influencia del bolero que
reinaba antes de que el rock fuera argentino junto con los Teen Tops y hasta la
Nueva Ola de Palito y sus secuaces. Pudo ser que Luis prefiriera ese decir
sutil para la cadencia sin cunetas de sus versos. Spinetta abrazó el tú de
entrada y se quedó en él para siempre. “Móntate en el rayo”, entonces, invitó y
requirió –que suele ser casi lo mismo— sobre una secuencia del si bemol al re.
Tenía razón, como habitualmente. Estos rufianes de Tu Tiempo es Hoy lo saben.
Ir es la base misma de la propuesta. Montarse en el rayo. Ir a estos concilios musicales de frecuencia mensual en donde se celebra el hacer algo, que es lo contrario de no hacer nada. Esta vez, este domingo 27, los que tocan son la Ayres Beatle Band y Sam and The Roll Boys, en Il Amichi, bar de Sarmiento 1618, a media cuadra de la plaza de San Miguel. Van a juntar alimentos no perecederos (¿hace falta, a esta altura de la humanidad, explicar cuáles son? Tomate envasado, fideos, arroz, polenta, lentejas, sí. Un pebete de paleta y queso, ravioles, tarta de atún, no) para el comedor Los Chicos Primero, de Merlo, adonde 150 pibes de 12 años los más grandes desayunan, almuerzan y cenan y la comida nunca sobra.
Ir es la base misma de la propuesta. Montarse en el rayo. Ir a estos concilios musicales de frecuencia mensual en donde se celebra el hacer algo, que es lo contrario de no hacer nada. Esta vez, este domingo 27, los que tocan son la Ayres Beatle Band y Sam and The Roll Boys, en Il Amichi, bar de Sarmiento 1618, a media cuadra de la plaza de San Miguel. Van a juntar alimentos no perecederos (¿hace falta, a esta altura de la humanidad, explicar cuáles son? Tomate envasado, fideos, arroz, polenta, lentejas, sí. Un pebete de paleta y queso, ravioles, tarta de atún, no) para el comedor Los Chicos Primero, de Merlo, adonde 150 pibes de 12 años los más grandes desayunan, almuerzan y cenan y la comida nunca sobra.
Ir
es el punto de partida. Ir. Que en cada Tu Tiempo es Hoy Fest la montaña de
gente tenga la cima más arriba. Que una vez sean 100 en José C. Paz, la otra
200 en Hurlingham, la siguiente 300 en San Miguel, y que en la próxima tiemble
Arjona (o que venga y se cante algo, él también). Porque esta maroma, para
empezar, se hace de gente. Por eso lo de ir. ¿Y es suficiente con eso? No, por
supuesto. Esto también se hace de gente con cartones de tomate y paquetes de
fideos. Y tampoco es suficiente. Y de gente que tira cables, acomoda
escenarios, hace sonar, enchufa y desenchufa, organiza y desorganiza. Y tampoco
es suficiente. Y de los tipos de Ayres que se ponen los trajes con los
pantalones finitos del Cholo Simeone y los flequillos de Paul, John, George y
Ringo, y los Roll Boys que tocan tremendo contrabajo, grande y ancho como el
Ogro Fabbiani, y la batería de parado. Y tampoco es suficiente. Y los de Il
Amici, que ponen las paredes y el techo, y los de Pelthom, el bar de Gelly Obes
y Lavalle, frente a la plaza de José C. Paz, donde también juntan donaciones,
todos los días. Y tampoco. Nunca es suficiente... Pero me fui de tema; yo
estaba hablando de Spinetta, no de Tu Tiempo es Hoy y sus magníficas correrías
solidarias-musicales-compañeras. De Spinetta que pide “móntate en el rayo” y
es, a la vez, invitación y requerimiento, de manera que, entonces, hazle caso:
el rayo pasa -recapitulemos- el domingo 27 a las 20 por Sarmiento 1618, ahí
nomás de la plaza, en San Miguel, tocan Ayres Beatle Band y Sam and The Roll Boys,
y hay que llevar alimentos no perecederos. No puede fallar.
“Hay tanta gloria allá (¿o “tanta gloria ya”? Misterio) que al
final nadie quiere un sueño sin laureles”, explica Luis en la misma canción.
Tenía todo clarísimo. También sugiere, en otro verso, “no lleves ni papeles”. Y
no aclara “lleva, en cambio, arroz, fideos, polenta…”, tal vez porque la
poética del tema va por otra cuerda, o porque el verso habría sido muy largo
para la melodía. Pero se sobreentiende la intención: ir, llevar, montarse en el
rayo, sabiendo que no va a ser suficiente porque no lo es nunca, y menos mal.
Si no, si lo fuera y listo, ¿adónde vas a ir el mes que viene?
No hay comentarios:
Publicar un comentario