sábado, 16 de febrero de 2013

Canción para un día de la vida

Queríamos palabras justas para explicar qué es el Mundo de Papel, esa ciudad fantástica habitada por payasos, malabaristas, músicos y soñadores devenidos en artistas que tomará forma el 10 de marzo en la Universidad Nacional de General Sarmiento para juntar alimentos no perecederos y útiles escolares. No podés siempre obtener lo que querés, pero si intentás, tenés lo que necesitás: una canción que tiene algo de consejo, otro poco de adelanto y mucho de sabiduría. Entren sin golpear.

Por Juan Tejedor

Introducción:
Es un lugar raro. Mejor dicho: el 10 de marzo va a ser un lugar raro. Singular. Antes, es nada. Y después, para algunos ni siquiera va a haber sido: los que se lo perdieron. Para los otros, sí.

Estrofa I:
Pensá un afiche. Al viejo estilo: offset, cuatro colores, fondo amarillo o rosa (magenta) o quizás un tornasolado degradé, doble hoja que parte las palabras al medio y te hace leer en escalón. Las dos hojas de un afiche nunca están pegadas a la misma altura; es una norma que siguen los pegadores de afiches para que se vea que tuvieron que pegar dos hojas y no una. O no. No se sabe.

Renzo Layco
Estrofa II:
Pensá un afiche al viejo estilo. Uno como el de la canción de Lennon, con el circo de Pablo Fanques, Henry el Caballo, saltos mortales, los Henderson, el círculo de fuego y un tipo haciendo equilibrio apoyado de cabeza sobre una pipa. Salvo que no va a ser éste el show del afiche.
O sí.
No se sabe.

Puente:
“Pensá y salís”, decía el Seco de Tumberos, Urdapilleta. Acá es al revés: “Pensá y entrás”. Y no se sabe. Ah, eso sí: no se sabe.
"—¿Qué hay ahí dentro?
—Un recital, che. Los Stones.
—¡Uh, buenísimo!”, y entrás. O “—Pepitito Marrone haciendo chistes”, y entrás. O “—Messi. Está jugando a la pelota”, y entrás. O “—Redrado disfrazado de enfermera y haciendo un truco raro con un plumero mientras toca la tuba”, y entrás.

Pero acá nadie te va a explicar qué es lo que hay, más allá de algún nombre, u otro, y que pienses, que uses la cabeza, como le dijo Carlitos Tevez a Balotelli: “Usá la cabeza, Mario”. Es así, otra vez: si usás la cabeza, entrás. Si entrás, ves, sabés, entendés, sentís. Sentís. Esto se siente. Si no entrás no te perdés nada; si no usás la cabeza no existe. Allá vos, mala suerte para vos si no usás la cabeza. Lo que te conviene es estar atento, alerta, prepararte para el 10 y ese día abrir bien los ojos, que por los ojos entra el mundo al marote y, como dice el refrán, el que no sabe es como el que no ve. Los ojos y las orejas, y la nariz, y las manos, y quién te dice la boca.
Coro:
Usá la cabeza que, si no, no existe.

Solo :
(instrumental)

Estrofa III:
Pensá un afiche. Uno con cantores, bateristas, unos que hacen malabares, otro que hace desaparecer el siete de oros y después te lo saca de atrás de la oreja, un cabezón macizo que toca el contrabajo, payasos que se pegan cachetadas y gritan “¡tomá!”, tipos colgándose del techo, una mesa con latas para voltear a pelotazos y ganarte el cielo, actores que hacen como que son personas, personas que hacen como que son actores, más cantores, guitarras eléctricas y Redrado. Te puede tocar todo, algo, nada. Vos usá la cabeza. Que, si no, no existe.

Coro (bis):
Usá la cabeza que, si no, no existe.

Fin

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